Estrés bueno y malo

Miércoles 6 de Marzo del 2019

Son muchos los que sufren estrés y ansiedad. Buscar el origen es tan importante como intentar poner remedio.

Ser famoso no es fácil o por lo menos no es tan fácil como nos puede parecer. Así se desprende de alguna publicación que analiza los altibajos de la tortuosa relación entre el estrés, la ansiedad y la fama. Vivimos en un mundo en el que el papel cuché lo comparten modelos adolescentes, personajes de realities y premios Nobel de la Paz, por ejemplo.

En una encuesta, las cosas que preocupaban y que producían estrés a las celebrities eran: la imagen que transmitían a través de los medios de comunicación o el declive de sus carreras, las llamadas, mensajes o tuits amenazantes o críticos, el constante seguimiento de sus vidas con la aparición de fanáticos, la falta de privacidad con el constante acoso de fans donde van y también, sobre todo, el cómo afecta la fama a su familia, hijos y amigos.

Muchos famosos se han visto superados por el estrés. Johnny Depp ha necesitado de múltiples tratamientos y va a casi todos los sitios con su terapeuta. Otros han caído en las drogas o en el alcohol, como declaró el cantante Raphael, pero otros muchos lo superan mediante diferentes actividades como la pintura, que practica la cantante Beyoncé, por ejemplo.

El estrés no es necesariamente algo malo

El estrés no es necesariamente algo malo, ni mucho menos. Es algo que nos pone alerta, que activa nuestro cerebro, estimula los sentidos, mejora nuestro rendimiento físico y en definitiva nos ayuda a sobrevivir frente a una amenaza, peligro o desafío. Nos ha acompañado millones de años durante nuestro desarrollo evolutivo. Muy posiblemente sin él no hubiéramos sido capaces de sobrevivir como especie.

Pero, hoy en día, sigue siendo algo fundamental. Las prisas para realizar una presentación o preparar un examen u oposición, dar un frenazo, tirarse en paracaídas, etc. Son situaciones en las que nuestro cuerpo libera, de manera natural, diversas sustancias al torrente sanguíneo que hacen que se nos acelere el corazón y se active nuestro cerebro, se tensionan los músculos y, de esta manera, conseguimos ser más resolutivos o productivos. Pudiendo aumentar nuestra creatividad e incluso nuestra sociabilidad.

¿Cuándo es negativo?

La relación entre el estrés, la ansiedad y las enfermedades es algo que se conoce desde hace tiempo. Los efectos del estrés pueden afectar a diversos órganos. En el corazón puede producir hipertensión arterial o aumento del colesterol, puede incrementar el riesgo de padecer infecciones al disminuir nuestras defensas, altera el sueño y por lo tanto nuestra capacidad de estar descansados. Crónicamente puede producir enfermedades cutáneas, hepáticas, intestinales y afectar al cerebro alterando la concentración y a la toma de decisiones, entre otros. También existen los ataques de ansiedad con hiperventilación en los que se recomienda respirar en una bolsa, como todo el mundo sabe, etc.

Hay una buena noticia, los efectos del estrés, cuando este cesa o disminuye son reversibles. ¿Cómo podemos disminuirlo? Existen diversas recomendaciones que podemos seguir. Mantener una red social de amistades en la que se realicen actividades o existan planes es importante, realizar ejercicio físico puede ser de gran ayuda para aliviar las tensiones acumuladas, llevar una buena alimentación evitando alimentos procesados, fáciles de conseguir, que pueden desequilibrar nuestra salud, dormir bien y también aprender a manejar los problemas y tensiones de la vida diaria.

La importancia del control

Hay que tener en cuenta que saber sobrellevar el estrés es fundamental. Si aprendemos a dominarlo mejoraremos nuestra capacidad de enfrentarnos a las diversas situaciones, mejorará nuestra salud e incluso nuestra esperanza de vida. Pero si necesita ayuda, no se aísle, busque ayuda de sus seres queridos o incluso de profesionales y evite verse desbordado por las situaciones.

Fuente: http://ow.ly/Lx9130nWh7u